la bala de plata (Puntuación:0)
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por anónimo el Wednesday
01 de September 2004, a las 23:03h. CET (#4)
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LA BALA DE PLATA
"Como es sabido, la manera más expeditiva de entablar el
divorcio es, para una mujer, declarar que su marido es
violento, y si ese subterfugio no basta, las mujeres pueden
recurrir a lo que se denomina "la bala de plata", es decir,
acusar a su pareja de abusar sexualmente de los niños. En ese
caso, el hombre es inmediatamente apartado de su casa y de su
familia.[...] Para que se lleven detenido al hombre no se
necesitan pruebas: basta con que la mujer descuelgue el
teléfono." (Erin Pizzey, en su artículo De lo personal a lo
político)
Según parece, la expresión "bala de plata",
muy utilizada en los países anglosajones para referirse a las
falsas denuncias formuladas contra el padre en contextos de
separación o divorcio, tiene su origen en la jerga interna de
los albergues estadounidenses para mujeres maltratadas. Muchas
mujeres sin escrúpulos han aprendido muy pronto que,
disparando esa bala, nunca fallarán y convertirán al padre en
un cadáver judicial que será inmediatamente alejado de sus
hijos. A veces, para siempre.
Sin embargo, las
conclusiones de los numerosos estudios realizados sobre la
falsedad de las denuncias realizadas en contextos de divorcio
son abrumadoras. En general, se puede afirmar que entre el 85%
y el 90% de esas denuncias carecen de fundamento, aunque no
parece que ninguna institución de nuestro país tenga intención
de facilitar datos al respecto. Así que, en su defecto, nos
basaremos en algunas cifras de otros países:
Los
Servicios Sociales de Alberta (Canadá) admitieron, en sendos
artículos publicados en el "Alberta Report" (Hazelwood, 1992)
y en el "Western Report" (Owen, 1993) que el 50% de las
acusaciones de abusos sexuales en niños eran falsas.
Esa cifra aumenta espectacularmente en contextos de
divorcio: el Director Ejecutivo de los Servicios de la
Infancia y la Familia de Winnipeg (Canadá), Keith Cooper,
señaló en 1996 que "sólo del 10% al 15% de las acusaciones
relacionadas con procesos de divorcio resultan fundadas"
(Johnson, 1996, p.2).
Judy Sheindlin, una de las más
destacadas juristas estadounidenses, ex juez de familia en
Manhatann con 25 años de experiencia profesional y actualmente
popular en todo el país por sus intervenciones televisivas,
afirma que "menos del 10% de las demandas [interpuestas en su
tribunal durante esos años] tenían alguna validez, porque lo
más frecuente era que las madres las utilizasen para castigar
a los hombres".
Linda Fairstein, Jefa de la Unidad de
Delitos Sexuales en la Oficina del Fiscal del Distrito de
Nueva York durante 20 años y, a partir de 1996, novelista de
éxito, ha afirmado que las acusaciones de abusos sexuales de
niños realizadas contra hombres son falsas en el 60% de los
casos, afirmación que cobra especial relieve en labios de la
persona que ejercía la acusación pública contra los
inculpados. (Linda Fairstein ha afirmado también que el 50% de
todas las denuncias de violación son falsas).
Cerca de
30 estudios recopilados en este sitio web, tanto sobre
denuncias de abusos en niños como sobre violaciones, coinciden
con esas apreciaciones respecto de los porcentajes de falsas
denuncias.
En 1963 se denunciaron en los Estados
Unidos 160.000 casos de abusos sexuales a niños. Esta cifra
aumentó hasta 1,7 millones de casos en 1985. La cifra siguió
aumentando hasta llegar a 3 millones de denuncias en 1995, de
las que 2 millones se consideraron infundadas o falsas
(National Center on Child Abuse and Neglect (NCCAN): Child
Maltreatment 1995: Reports From the States to the National
Child Abuse and Neglect Data System).
Según el FBI, en
el 25 por ciento de los casos de agresión sexual investigados
desde 1989 y en los que se ha practicado la prueba del ADN, el
resultado ha sido negativo, es decir, el acusado ha sido
excluido como posible perpetrador. La cifra es muy similar a
la obtenida por el estadounidense National Institute of
Justice en un estudio basado en laboratorios privados (26 por
ciento de exclusiones). Evidentemente, estos porcentajes de
denuncias falsas resultan incompletos, ya que son muchos los
casos en que no es posible practicar la prueba del ADN.
(Cifras tomadas del estudio Convicted by Juries, Exonerated by
Science, U.S. Department of Justice Office of Justice
Programs, junio de 1996)
Sobre la base de esos datos,
la senadora canadiense Anne Cools, feminista de los primeros
tiempos y fundadora de Women in Transition (1974), uno de los
primeros centros de acogida para mujeres maltratadas del
Canadá, ha denunciado reiteradamente la utilización de las
falsas denuncias como estrategia para obtener la custodia e
imponer el alejamiento del padre, ("un terrible y pernicioso
corazón de la oscuridad que ha cobrado cuerpo en nuestro
sistema judicial", según sus propias palabras) y ha insistido
en la necesidad de reformar las leyes para castigar a los
abogados y particulares que recurran a esa práctica.
Ante esa avalancha de datos, son inevitables algunas
preguntas a nuestras autoridades:
¿Es razonable la
permanente campaña emprendida por diversas instituciones para
incitar a las mujeres a denunciar los "abusos" de sus parejas
o ex parejas?
¿Está justificada la satisfacción con
que se anuncia cada año el aumento del número de denuncias
resultante de esa campaña?
¿Debemos incitar
constantemente a las mujeres a usar la "bala de plata" y
regocijarnos después por los estragos causados?
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Enlaces de referencia:
http://www.mesacanada.com/pres_hsc.htm
http://christianparty.net/dna.htm
http://www.falseallegations.com
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